viernes, 7 de diciembre de 2012

El viento en Asturias

Me gustaría hacer una "pequeña" introducción al efecto, o mejor dicho, al comportamiento del viento sobre Asturias para más adelante hablar un poco sobre como este afecta a las diferentes playas de nuestra región y que spots son los más habituales. (fuente: Felicísimo Pérez, Angel Manuel)


"La característica más destacada del régimen de vientos de Asturias es su marcada estacionalidad consecuencia de la influencias de dos masas de aire de distinto origen, una fría y otra subtropical.
Durante la estación fría, los vientos dominantes son del Sudoeste como consecuencia de la retirada hacia el Sur del archiconocido anticiclón de las Azores que provoca una trayectoria más meridional de las borrascas atlánticas.
Estos vientos solo provocan precipitaciones en las zonas de montaña al quedar el territorio asturiano en una situación de abrigo orográfico tras la Cordillera. En el resto de Asturias las precipitaciones son escasas o nulas.
Durante el verano la situación es muy distinta dominando los vientos del Nordeste, fríos y secos, que provocan un tiempo fresco, claro y sin lluvias. Esto es consecuencia del máximo desarrollo del anticiclón de las Azores de carácter subtropical cuya influencia alcanza latitudes mucho más al Norte ocasionando que las borrascas atlánticas no afecten con tanta intensidad a Asturias al tiempo que introducen aire de origen continental con poca humedad lo que contribuye a un descenso generalizado de las precipitaciones.
Los vientos del Oeste y del Noroeste se mantienen en valores intermedios durante todo el año. Son de origen marítimo y los responsables de la mayoría de las precipitaciones en Asturias. El efecto ladera es más notorio en situaciones de viento del Noroeste mientras que los vientos del Oeste o "viento gallego" suelen traer cielos muy cubiertos con precipitaciones que se mantienen durante relativamente largos periodos de tiempo y que van perdiendo intensidad conforme avanzan hacia el Este.
Los vientos de Norte, muchas veces de origen polar, son los causantes de las precipitaciones más intensas en Asturias. Los efectos de barrera orográfica favorecen descensos muy notables de las temperaturas con rápidas alternancias entre periodos de precipitaciones y periodos muy cortos de sol. Estas situaciones son más frecuentes durante el verano y contribuyen de forma significativa a las precipitaciones de esta época, la más seca del año. Si esta situación ocurre durante el invierno se producen nevadas muy intensas en las zonas de montaña, normalmente tras un muy acusado descenso térmico. Estos vientos atraviesan la Cordillera desencadenando un fuerte efecto foëhn en la vertiente de la Meseta.
Los vientos del Sur y Sudeste se presentan con poca frecuencia en Asturias, muy especialmente en verano y ligados a depresiones situadas al Oeste de la Península Ibérica y acarrean consecuencias inversas a las provocadas por los vientos de Norte experimentándose vientos cálidos y secos con un intenso efecto foëhn generalizado en toda la Cornisa con una humedad relativa muy baja que puede llegar incluso al 30%, muy por debajo de los 75-80% habituales. Además, estos vientos llegan a alcanzar bastante violencia de forma ocasional.
A escala local hay dos fenómenos de gran importancia, las brisas litorales y los vientos de montaña.
Las brisas litorales tienen un ritmo alternante diario de acuerdo con la evolución de las temperaturas en la costa y en el mar. Durante el día, la radiación solar térmica provoca un aumento de la temperatura en el suelo del litoral mientras que en el mar se mantienen sin prácticamente variación. De esta forma se establece un gradiente local de presión, el aire sobre la costa, más cálido y ligero asciende mientras que el situado sobre el mar, más fresco y denso fluye hacia la costa provocándose brisas de mar a tierra. Durante la noche se produce el efecto inverso, el suelo de la costa pierde rápidamente temperatura por irradiación mientras que la temperatura del mar se mantiene produciéndose entonces brisas de tierra a mar. Este fenómeno de las brisas litorales se ve enmascarado o neutralizado por fenómenos de carácter más amplio, sobre todo por las condiciones de vientos antes citados. Las brisas litorales son más frecuentes en los meses menos fríos, cuando la insolación genera el suficiente aumento de la temperatura para que el aire fluya hacia la costa.
Otra influencia es la que refiere a la existencia de grandes diferencias de presión y temperatura formada por diferencias entre unas zonas u otras. Estos vientos pueden manifestarse también en ciclos alternantes. En Asturias son muy interesantes un tipo de estos vientos denominados vientos de drenaje o catabáticos que tienen su origen en un intenso enfriamiento nocturno del suelo por irradiación. En aire enfriado, más denso se desplaza por gravedad hacia áreas de menor altitud ocupando las zonas más bajas de valles y desfiladeros desalojando al aire más cálido. Este tipo de brisas es el responsable de un aparte importante de las heladas nocturnas que se producen en los valles interiores, especialmente cuando existen en los alrededores amplias zonas de captación de aire frío a mayor altitud.
Los vientos de ladera se producen como consecuencia de las diferencias en la insolación entre unas zonas y otras de las laderas de los valles. El flujo ascendente por la ladera expuesta al sol se compensa por el descendente de la ladera en sombra. Esta situación va variando a lo largo del día conforme cambia la posición del sol. Estos vientos son especialmente frecuentes en las montañas calizas asturianas donde, en días despejados, as temperaturas llegan a alcanzar valores sorprendentemente altos. La elevación del aire por estas laderas produce en ocasiones nubes en la vertical del valle."

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